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El Análisis Funcional empieza en la primera reunión con un cliente, para definir los primeros requerimientos funcionales del proyecto. En base a las peticiones que se demandan se lleva a cabo el Análisis, confeccionando un documento que especifica de forma clara y consisa qué tiene que hacer la aplicación para obtener los resultados esperados. El Análisis Funcional debe establecer los dos apartados más importantes de cualquier aplicación: Front-End y Back-End.
• 1. Front-end: es la parte de aplicación que utiliza el usuario, la parte visible del proyecto. Donde se incluye lo que se conoce como la Arquitectura de la Información, la lógica operativa y la ergonomia de la aplicación. Se suelen utilizar diferentes métodos y procesos basados en la experiencia de usuarios, como tests de usabilidad, diagramas de flujos, etc.
Esta parte del Análisis es indispensable para determinar el diseño, y debe garantizar la correcta usabilidad de la aplicación.
• 2. Back-end: es la parte que permanece oculta al usuario y a la que solo tienen acceso el desarrollador y/o el administrador del sistema de información. Suele ubicarse en la propia Base de Datos, donde se ubica la información. En este apartado se trabaja con la lógica de una aplicación.
En la documentación del Análisis Funcional, deben indicarse todos los procesos que hay que gestionar en la aplicación, tales como la creación de albaranes, la generación de facturas, el control de la cadena logística o la anotación de los apuntes contables. Tambien debe incluirse todos los posibles flujos o interacciones entre los usuarios y el sistema, a fin de dejar perfectamente determinado cada proceso.
El Análisis Funcional se convierte así en una hoja de ruta clave e imprescindible para el desarrollo de cualquier proyecto Microsoft® Access®, ya que nos permitirá:
• Evaluar la viabilidad técnica y económica de los diferentes procesos que intervienen en el desarrollo de la aplicación.
• Minimizar las desigualdades entre estética y funcionalidad.
• Explicar de forma detallada y precisa los diferentes requisitos funcionales a implementar para que todos los implicados en el proyecto tengan claro en qué deben trabajar.
• Analizar, controlar y supervisar el desarrollo funcional de la aplicación, permitiendo asegurar su correcto desarrollo y su óptimo rendimiento.
En conclusión, es una herramienta que permite conocer el alcance del proyecto, tanto en terminos de tiempo como económicos, tambien nos ayuda a planificar mas eficientemente los tiempos de diseño e implantación de la aplicación, y nos dá mas garantias de éxito de llevar a buen fin el proyecto.